10 pasos claves para poder reducir el estrés y la ansiedad en el entorno laboral
Está claro que el trabajo y la falta de conciliación de tu vida personal con la laboral es una de las principales causas del estrés y la ansiedad que sientes (y que, por desgracia, siente nuestra sociedad, en general).
Y así pasa, que cuando le pregunto a otras mujeres como tú sobre cuál creen que sería la solución para acabar con este estrés y ansiedad, su respuesta es clara, y seguramente sea también la tuya:
DEJAR EL TRABAJO
Pero claro, seguro que necesitas el dinero y dejar el trabajo sin más no es algo que realmente puedas permitirte, así que estoy segura de tus otras alternativas serían algunas de estas:
- Cambiar de trabajo
- Encontrar un trabajo más afín a ti
- Emprender y montarte algo por tu cuenta
Incluso quizás te has planteado renunciar a tu carrera profesional porque la vida no te da para tanto, especialmente si eres mamá ☹
Y no soy yo la que vaya a decir que estas opciones no sean una buena solución, porque precisamente yo opté por una de ellas, pero, ¿y qué pasa cuando no puedes cambiar tu trabajo o al menos cambiar tu trabajo no es algo que puedas materializar de inmediato?
¿Resignarte y seguir sufriendo ansiedad y estrés o buscar una forma diferente de gestionar tu situación para que ese estrés y ansiedad se pueda minimizar?
Yo creo que la segunda es probablemente la más acertada, ¿verdad?
Y si, ya sé que me vas a decir que esta situación no tiene nada que ver contigo, que todo es culpa de tu jefe, o de tus compañeros, o de la organización de la empresa, y que no hay nada que tu puedas hacer contra eso. Y en lo primero te daré la razón, pero en lo segundo no.
Es cierto que tú no puedes cambiarlos a ellos, pero si puedes cambiar la forma que tienes de relacionarte con ello, y es que como decía Viktor Frank:
«No podemos cambiar las circunstancias externas, pero podemos cambiar nuestra actitud hacia ellas».
¿Y esto que quiere decir?
Que hay posibilidades, y que están en tus manos, y eso es una noticia maravillosa porque ese significa que tienes la capacidad de encontrar una forma más beneficiosa de afrontar tu situación laboral y personal, sin que eso signifique que tengas que renunciar a la idea de irte de ese entorno laboral.
Por eso hoy quiero compartirte los 10 pasos que te van a permitir reducir el estrés y la ansiedad en el entorno laboral:
- Acepta la situación con amor y deja de luchar contra ella. No aceptarla y estar quejándote todo el rato lo único que va a hacer es aumentar tu frustración y va a hacer que la bola sea vaya haciendo cada vez más grande, ya que la frustración te va a conectar con la rabia, la tristeza, el agotamiento mental, etc y hará que el problema inicial se vaya agravando. Ya sé que necesitas desahogarte, pero una cosa es hablar del tema y otra recrearte en él. Recuerda que aceptar significa mirar a la situación de forma neutral, tal y como es, sin ponerle etiquetas ni de bueno ni de malo. Es un decirte, ‘ok, esta es la situación en la que me encuentro ahora misma, ¿qué puedo hacer con ella para gestionarla de la mejor forma posible?
- Identifica qué es exactamente lo que te genera el estrés o la ansiedad. En tu mente yo sé que te dices un montón de cosas, pero te recomiendo que lo pongas todo sobre papel, que te hagas listas o que, en general, escribas sobre ello a modo de diario y también como forma de desahogo. Al escribir suceden dos cosas: ralentizas el pensamiento (escribes más despacio que piensas, por lo que tienes más tiempo para procesar lo que pasa por tu cabeza) y sacas fuera lo que tiene dentro. Permítete expresar y poner en el papel todo lo que te nazca, sin pensar demasiado, y verás como incluso aparecen cosas de las que quizás no te habías dado cuenta y te pueden llevar a gestionar la situación desde un lugar más amable para ti misma.
- Recuerda que nada es para siempre y este trabajo tampoco. Que aceptes que esta es tu situación actual no significa que tengas que resignarte a que sea así para siempre. De momento estás ahí, si, y una estrategia inteligente es gestionarlo de la mejor forma posible, pero eso no significa que te vayas a quedar ahí para siempre. Si incluyes esta variable en tu forma de mirar a la situación, estoy segura de que su peso será menor. No se viven las cosas de la misma manera cuando sabemos que tienen una fecha fin. Aunque no sepas exactamente cuando acabará, no importa, repítete a ti misma: ‘esto no es para siempre, de momento lo estoy gestionando así por mi propio bien, pero acabará’
- Toma distancia de la situación. No eres tu trabajo ni lo que sucede en él. Te han contratado por un tiempo determinado para realizar una serie de funciones y como compensación, te dan dinero por ello, nada más ni nada menos. Si empiezas a mirar al trabajo desde ese lugar, como que eres un proveedor de servicios durante unas horas concretas a la semana, en vez de que estás al servicio de una empresa (nota la diferencia), es muy probable que puedas reducirle carga mental. Por desgracia, solemos identificar nuestro valor con nuestro puesto de trabajo y creo que es importante que recuerdes que eres más de lo que haces para sustentarte económicamente, no lo olvides.
- Pon todo en perspectiva. Yo vengo del mundo corporativo, donde las prisas y el que todo tuviera que estar para ayer era prácticamente lo habitual y una de las cosas que me ayudaba a ir más relajada era precisamente hacerme la siguiente pregunta: ¿va a morir alguien si este trabajo no se hace? Al hacerte esa pregunta no pretendo que vayas dejando las cosas tiradas, que no cumplas con tus timings ni que te de todo igual, solo quiero que te pares un momento a reflexionar sobre cómo de importante es realmente lo que estás haciendo como para poner en riesgo tu salud mental. Es decir, lo que busco es que cuando estés agobiada o estresada haciendo tu trabajo, aprendas a quitarle peso y así la puedas desempeñar sin tanta exigencia y presión personal. A mi me gusta mirarlo como que estoy JUGANDO, y que parte de las reglas del juego es tener que lidiar con situaciones incomodas, como cuando jugábamos al Monopoly o cualquier otro juego. Para mi es una forma de restarle importancia pero sin dejar de jugar.
- No te exijas tanto, que lo que tu consideras imperfecto es seguramente un sobresaliente para la mayoría. No tengo la menor duda de que parte de tu agobio con el trabajo tiene que ver con lo mucho que te exiges a ti misma, de lo que crees que esperan los demás de ti y que si no lo haces las cosas de esa manera pensarán que no eres lo suficientemente bueno. Por supuesto que dar lo mejor de ti dice mucho de tu profesionalidad y querer hacer las cosas bien es fundamental, pero de nuevo, ¿hasta que punto? Te sorprenderá ver como si bajas un par de puntos de exigencia, tu trabajo sigue saliendo adelante y tu puedes ir más relajada.
- Bloquea tiempo para relajarte en las horas de trabajo. Igual que tienes el descanso para el café, o para comer, o bloqueas una reunión con un compañero para hablar de tal tema, puedes bloquear tiempo para relajarte. Yo solía hacer dos cosas y son las que recomiendo:
- Ejercicios de respiración consciente para bajar las pulsaciones y sentir calma interior. Esto lo puedes hacer sentada en la silla de tu oficina (si haces trabajo de oficina) o te vas al baño o a algún rinconcito donde no tenga porqué verte nadie. Con 5 minutos te aseguro que podrás notar una enorme diferencia. Hay ejercicios tan sencillos como inhalar en 3 respiraciones y exhalar en 6 respiraciones (ambas por la nariz) mientras estás con los ojos cerrados que harán que tu sistema nervioso se relaje automáticamente. Por cierto, no esperes a hacerlo solo cuando estás nerviosa o ansiosa, que forme parte de tu rutina. ¿Qué tal si es lo primero que haces antes de empezar a trabajar y lo último con lo que cierras antes de terminar? Y luego mételo todas las veces que necesites durante la jornada.
- Practicar yoga en mi descanso de la comida. Incluso si son solo 30 minutos es más que suficiente para nivelar, volver a conectar contigo y afrontar el resto de la jornada laboral con más calma. Si trabajas desde casa lo tienes fácil y sino, quizás puedes encontrar un gimnasio cercano donde puedas ir a practicar. Y no me vale eso de que ‘ni tiempo para comer tengo, como para practicar Yoga’. Aplica los puntos anteriores, relativiza, y bloquea ese espacio para ti como si fuera la reunión con tu jefe, y recuerda, tu eres tu propia jefa, la jefa de tu vida, que nadie te venga a mandar 😉
- Alza la voz: establece límites claros y sanos. Esta es una de las mayores dificultades con las que seguramente te enfrentas. Parece que, si dices que no a las peticiones externas, de tus compañeros, jefes o incluso clientes, no eres un buen profesional, y eso te hace aceptar cosas que solo te complican el trabajo, y esto hace, además, que cuando por fin optas por poner límites lo haces desde la frustración y el enfado, lo que te hace sentir mal y aunque logres controlarlo, el resto también lo nota. Aprender a comunicar nuestros límites de forma asertiva es clave, pero, sobre todo, aprender a ver y transformar las creencias que hacen que te resulte tan difícil. Aquí pregúntate: ¿de qué tengo realmente miedo?
- No te tomes nada personal. Si hay una de las cosas que más me han ayudado en mi vida es a distanciarme de lo que me sucede con otras personas, desde la compasión y mirando no a lo que sucede sino a lo que le sucede a la persona que tengo delante. Entender e integrar dentro de mi que la gente se comporta en base a sus propias heridas, sus propias dificultades, su propia ansiedad, sus propios miedos, y sus propias dificultades me lleva a saber que la mayoría de las cosas que suceden con otras personas no tienen que ver conmigo (con no ser buena, con no haberlo hecho bien, etc) sino con la otra persona en si. Y eso es lo que te recomiendo que tú también aprendas a hacer. Que integres esta nueva visión en tu día a día, y te preguntes: ¿qué le pasará o habrá pasado a esta persona para que me hable de esta manera o me diga lo que me ha dicho? No se trata de justificar y aceptar comportamientos que no son aceptables, sino de quitarles la carga que les solemos asociar a nivel personal y así sea más fácil de sobrellevar. La ecuación aquí para mi es esta:
– TE VEO – ENTIENDO DE DONDE VIENE TU COMPORTAMIENTO
– NO ME LO TOMO PERSONAL
– PONGO LÍMITES – SUELTO –
- Desarrolla un plan en paralelo. Que aprendas a aceptar y gestionar tu situación laboral actual no quiere decir que tengas que quedarte ahí para siempre, por lo que es importante que mientras trabajas en todo lo anterior, vayas desarrollando un plan paralelo de acción. Quizás es el momento perfecto para plantearte cual es tu verdadero propósito en la vida, qué es eso que realmente quieres hacer y con lo que te sentirías totalmente plena y realizada, y valorar si quizás emprendes o buscas un trabajo que sea más afín a él, pero es importante que vayas abriendo la mirada a otras posibilidades e ir creando el camino para poder alcanzarlas, siempre desde un lugar de tranquilidad y conexión personal.
Se que poner todo esto en practica es un trabajo, así que me gustaría recordarte que no tienes que hacerlo sola, y que yo puedo acompañarte a realizarlo. Escríbeme y empecemos a trabajarlo.
Te mando un abrazo,
Gema